En vísperas del Centenario de las apariciones de Fátima, la FSSPX lanza una cruzada de rosarios y sacrificios con estas intenciones: para establecer en el mundo la devoción al Corázón Inmaculado de María, para acelerar el triunfo del Corazón Inmaculado, y para que el Papa, en unión con todos los obispos católicos del mundo, hagan la consagración de Rusia al Corazón doloroso e inmaculado de María.
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